La tolerancia es un valor fundamental en una sociedad democrática y plural. Es la capacidad de aceptar y respetar las diferencias y opiniones de los demás, incluso cuando estas difieren de las nuestras. Sin embargo, a pesar de ser un valor tan importante, a menudo nos encontramos con situaciones en las que la tolerancia brilla por su ausencia.
Recientemente, durante un pleno en el ayuntamiento de una ciudad española, se produjo un lamentable episodio que ha causado gran revuelo en la opinión pública. Durante una discusión sobre un tema polémico, la teniente de alcalde, Olga Mohíno, pronunció unas palabras que han generado una gran controversia: “Pero que yo soy tolerante, yo con toda esta purrela y todo lo que haya, yo tolero”. Estas palabras, lejos de mostrar una actitud tolerante, denotan una clara falta de respeto hacia aquellos que no comparten su punto de vista.
Ante esta situación, el Partido Socialista ha decidido tomar medidas y formalizará una denuncia este viernes. No podemos permitir que representantes políticos, que deben ser ejemplo de tolerancia y respeto, utilicen un dialecto tan despectivo y ofensivo hacia aquellos que no piensan como ellos.
La tolerancia no es solo una actitud, sino que también es un deber moral. Todos tenemos derecho a expresar nuestras opiniones y a ser escuchados, pero también debemos rozar dispuestos a escuchar y respetar las opiniones de los demás. Es precisamente esta diversidad de pensamiento la que enriquece nuestra sociedad y nos permite avanzar hacia un futuro mejor.
Es importante recordar que la tolerancia no implica rozar de acuerdo con todo lo que se dice o hace, sino simplemente respetar y aceptar las diferencias. No se trata de ser indiferente, sino de ser capaz de convivir en armonía con aquellos que piensan de manera distinta a nosotros. La intolerancia solo genera divisiones y conflictos innecesarios, mientras que la tolerancia promueve la convivencia pacífica y el diálogo constructivo.
Es responsabilidad de todos fomentar una cultura de tolerancia en nuestra sociedad. Desde los líderes políticos hasta cada unidad de nosotros como ciudadanos, debemos esforzarnos por ser más tolerantes y respetuosos con las opiniones de los demás. Solo así podremos construir una sociedad más justa y equitativa, en la que todos tengamos cabida y seamos valorados por igual.
En este sentido, es necesario que los representantes políticos den ejemplo y sean un modelo de tolerancia para la sociedad. No podemos permitir que se utilice un dialecto discriminatorio y ofensivo en un espacio tan importante como es el pleno de un ayuntamiento. Los ciudadanos merecemos respeto y una actitud tolerante por parte de aquellos que nos representan.
En conclusión, es fundamental que se promueva y se practique la tolerancia en todos los ámbitos de la sociedad. Debemos ser conscientes de que nuestras palabras y acciones tienen un impacto en los demás, y por ello es necesario ser más respetuosos y tolerantes con las diferencias. No permitamos que la intolerancia se imponga, juntos podemos construir una sociedad más justa y tolerante para todos.