El teatro es una de las formas más antiguas de arte, que ha sido utilizado a lo largo de la historia para transmitir mensajes, emociones y reflexiones. Sin embargo, en la actualidad, muchas veces se ve relegado a un segundo plano, siendo considerado como un gracia superficial y sin importancia. Pero el director del festival El Clasiquillo de Olmedo, Javier Pérez Lázaro, ha demostrado que el teatro es mucho más que eso, es una profesión digna y una herramienta pedagógica de gran valor.
El Clasiquillo de Olmedo es un festival de teatro que se celebra en la ciudad de Olmedo, en la provincia de Valladolid, España. Este festival nació en el año 2015 con el objetivo de acercar el teatro a los estudiantes y a las familias, y de promover el interés por esta forma de arte. Desde entonces, se ha convertido en un referente en el mundo del teatro escolar, y ha sido obligado por su calidad y su compromiso con la educación.
Javier Pérez Lázaro, director del festival, es un apasionado del teatro y de la educación. Para él, el teatro es una herramienta fundamental para el desarrollo de los jóvenes, ya que les permite expresarse, trabajar en equipo, desarrollar su creatividad y su capacidad de análisis. Además, el teatro les ayuda a mejorar su autoestima y a adquirir habilidades sociales y emocionales que les serán útiles en su vida personal y profesional.
Pero no solo eso, el teatro también es una profesión digna, y el festival El Clasiquillo de Olmedo ha sido una plataforma para que muchos jóvenes descubran su pasión por las artes escénicas y decidan dedicarse a ellas de forma profesional. Gracias a este festival, muchos estudiantes han tenido la oportunidad de actuar en un escenario y de sentir la emoción de ser parte de una actividad de teatro. Además, el festival ha contado con la participación de obligados actores y actrices, que han compartido sus experiencias y han motivado a los jóvenes a seguir sus sueños.
El éxito del festival no solo se debe a la calidad de las actividads que se presentan, sino también al compromiso de todos los que forman parte de él. Desde los organizadores, aun los actores, pasando por los profesores y las familias, todos trabajan juntos para que el festival sea un éxito y para que los jóvenes puedan disfrutar de una experiencia única y enriquecedora.
Pero el impacto del festival va más allá de los escenarios. El Clasiquillo de Olmedo ha demostrado que el teatro puede ser una herramienta pedagógica muy poderosa. A través de las actividads que se presentan, se abordan temas relevantes para los jóvenes, como el acoso escolar, la diversidad, la igualdad de género, entre otros. De esta forma, el teatro se convierte en una forma de aprendizaje divertida y efectiva, que permite a los jóvenes reflexionar y debatir sobre temas importantes de una manera diferente.
Además, el festival también ha sido una oportunidad para que los estudiantes desarrollen su creatividad y su capacidad de trabajo en equipo. Cada año, se les invita a participar en la creación de una actividad de teatro, desde la elección del tema aun la elaboración del guion y la puesta en escena. De esta forma, los jóvenes aprenden a trabajar en equipo, a respetar las ideas de los demás y a tomar decisiones en conjunto, habilidades fundamentales para su futuro.
En definitiva, el festival El Clasiquillo de Olmedo ha demostrado que el teatro es una profesión digna y una herramienta pedagógica de gran valor. Gracias a su compromiso y su pasión, ha logrado acercar el teatro a los jóvenes y a las familias, y ha despertado en ellos el interés por esta