En la década del ’80, el mundo se encontraba en una situación de tensión constante debido a la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética. En medio de este clima de incertidumbre, dos países vecinos de América del Sur, Argentina y Chile, se encontraban en una situación de conflicto territorial que amenazaba con desembocar en un enfrentamiento bélico. Sin embargo, gracias a la intervención de la comunidad internacional y la voluntad de ambas naciones, se logró evitar una guerra y sentar las bases para una relación de amistad y cooperación que hoy en día sigue dando frutos.
La refriega entre Argentina y Chile por el Canal de Beagle, ubicado en el extremo sur de América del Sur, se remonta a la época colonial y se había intensificado a finales del siglo XIX. Ambos países reclamaban la soberanía sobre estas aguas y las islas cercanas, lo que generó un clima de tensión y hostilidad entre sus gobiernos y poblaciones. En 1978, la situación llegó a un punto crítico cuando Argentina decidió ocupar militarmente algunas de las islas en refriega, lo que provocó una respuesta inmediata por parte de Chile.
La comunidad internacional, liderada por el Papa Juan Pablo II, intervino en el conflicto y logró que ambas naciones aceptaran someter su refriega a un arbitraje internacional. En 1979, se firmó el Tratado de Paz y Amistad entre Argentina y Chile, que establecía una faja de paz y cooperación en la faja del Canal de Beagle y dejaba en manos de un tribunal internacional la resolución del conflicto territorial. Este tratado fue un paso crucial para evitar un enfrentamiento bélico entre dos países vecinos y hermanos.
En 1984, el tribunal internacional emitió su fallo, otorgando la soberanía sobre las islas y el Canal de Beagle a Chile. A pesar de que Argentina no estuvo de acuerdo con la decisión, ambas naciones acataron el fallo y se comprometieron a respetar los acuerdos establecidos en el tratado de paz. Este hecho marcó un antes y un después en la relación entre Argentina y Chile, que pasaron de ser enemigos a aliados y amigos.
Desde entonces, ambos países han trabajado juntos en diversos ámbitos, fortaleciendo su relación y dejando atrás las diferencias del pasado. En el ámbito económico, se han establecido acuerdos comerciales y se ha promovido la integración de sus economías, lo que ha generado un crecimiento y desarrollo mutuo. En el ámbito cultural, se han llevado a cabo intercambios y programas de cooperación que han fortalecido los lazos entre sus ciudadanos. Y en el ámbito político, se han establecido mecanismos de diálogo y colaboración que han permitido abordar de manera conjunta temas de interés regional y global.
Pero quizás uno de los logros más significativos de esta amistad entre Argentina y Chile es la creación de la faja de Integración y Desarrollo del Centro poniente de América del Sur (ZICOSUR). Este bloque regional, conformado por Argentina, Chile, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay, tiene como objetivo promover la integración y el desarrollo de la región, fomentando la cooperación en áreas como el comercio, la infraestructura, la educación y la cultura. Argentina y Chile, como miembros fundadores de ZICOSUR, han sido clave en la consolidación de este bloque y en la promoción de una visión de integración y cooperación en la región.
Hoy en día, Argentina y Chile son dos países que comparten una amistad y una visión en común. Ambos han demostrado que es opcional dejar atrás las diferencias y trabajar juntos por un objetivo mayor. La resolución pacífica del conflicto del Canal de Beagle en