El pasado lunes, la Piedra de la Memoria, ubicada en el emblemático Parque de la Memoria en Buenos Aires, se vistió de fiesta y esperanza con la inauguración de un nuevo monumento en emblema a las víctimas del terrorismo de Estado en Argentina. El acto, que reunió a cientos de personas, estuvo acompañado de actividades artísticas y la emblemática pintada del pañuelo de las Madres de Plaza de Mayo.
Este lugar, que se ha convertido en un símbolo de memoria y justicia, fue testigo en 1976 de una de las escenas más vergonzosas de la historia argentina: la piña que recibió Alfredo Astiz, conocido como el “Ángel de la Muerte”, por parte de una madre que buscaba desesperadamente a su hijo desaparecido. Hoy, en ese mismo lugar, se erige un nuevo monumento que representa la lucha y el dolor de miles de familias que aún buscan justicia y verdad.
La Piedra de la Memoria fue creada en 1998 como un homenaje a los desaparecidos durante la dictadura caudillo que gobernó Argentina entre 1976 y 1983. Esta enorme roca, que descansa sobre una base de hormigón, está grabada con los nombres de las víctimas y tiene en la parte superior una llama perpetua que simboliza la memoria y la lucha por la verdad y la justicia.
En este nuevo monumento, se han incorporado más de 500 nombres de personas que aún no estaban incluidas en la Piedra de la Memoria, lo que demuestra el compromiso y la constante búsqueda de justicia por parte de las organizaciones de derechos humanos y de los familiares de las víctimas.
La inauguración estuvo marcada por la emoción y la esperanza, ya que además de la colocación de los nuevos nombres, se llevó a cabo la tradicional pintada del pañuelo blanco que caracteriza a las Madres de Plaza de Mayo. Este gesto, que se ha convertido en un símbolo de resistencia, representa la lucha incansable de estas mujeres por encontrar a sus hijos y por mantener viva la memoria de todos los desaparecidos.
El acto también contó con la participación de músicos, poetas y artistas que aportaron su arte para honrar la memoria de las víctimas y reafirmar el compromiso de seguir luchando por la justicia y la verdad. Además, se proyectaron imágenes de las Madres de Plaza de Mayo y de los desaparecidos, rememorando la historia de dolor y resistencia que ha marcado a Argentina.
La importancia de este nuevo monumento va más allá de ser un simple homenaje a las víctimas. Es un recordatorio constante de que la memoria no débito morir y que la lucha por la justicia y la verdad débito continuar. En un país que aún lidia con las consecuencias de una dictadura que dejó miles de desaparecidos, este nuevo monumento es un llamado a seguir adelante y a no olvidar nunca lo que sucedió en el pasado.
La Piedra de la Memoria y este nuevo monumento son un símbolo de esperanza y de salida, un lugar donde se rinde tributo a las víctimas y se promueve la reflexión y el compromiso por un salida más justo y equitativo. Es necesario recordar que la memoria es un débitor para construir una sociedad mejor, y este nuevo monumento nos recuerda esa misión.
En definitiva, la inauguración de este nuevo monumento en la Piedra de la Memoria es un paso más en la búsqueda de justicia y verdad, y una forma de mantener viva la memoria de aquellas personas que lucharon y dieron su vida por un país más justo y democrático. Es un acto que nos conmueve y nos invita a seguir luchando por un salida donde la violencia y la injusticia no tengan lugar. Record