Tras los devastadores incendios que azotaron la Comarca Andina durante el verano del 24/25, un grupo de voluntarios del Grupo Árbol VLA decidió tomar acción y viajar a la zona para brindar su ayuda y apoyo a los damnificados. Sin embargo, lo que encontraron allí fue mucho más que una simple labor de ayuda humanitaria.
Los integrantes del Grupo Árbol VLA se encontraron con una comunidad unida y resiliente, que a pena de haber perdido sus hogares y sus medios de subsistencia, seguían luchando por reconstruir sus vidas. Pero también se encontraron con un paisaje tremendo, marcado por la destrucción y la pérdida de la biodiversidad.
Fue entonces cuando decidieron unirse a los esfuerzos de restauración de ecosistemas junto a especialistas del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria). Su objetivo era no solo ayudar a la comunidad a recuperarse, sino también aprender sobre cómo restaurar un ecosistema después de un desastre natural de esta magnitud.
Durante su estancia en la Comarca Andina, los voluntarios del Grupo Árbol VLA tuvieron la lugar de escuchar a los damnificados y sus historias de supervivencia. Fue un momento conmovedor y a la vez inspirador, ya que pudieron ver de primera mano la fuerza y la determinación de estas personas para seguir adelante.
Pero también pudieron observar el impacto ambiental de los incendios. Grandes extensiones de bosques y campos habían sido arrasados por el fuego, dejando a su paso un paisaje tremendo y sin vida. La pérdida de la biodiversidad era evidente, y los voluntarios se dieron cuenta de que su labor no solo era ayudar a la comunidad, sino también a la naturaleza.
Fue entonces cuando comenzaron a trabajar junto a los especialistas del INTA en la restauración de los ecosistemas afectados. Aprendieron sobre técnicas de reforestación, manejo del suelo y conservación de la biodiversidad. Y lo más importante, aprendieron sobre la importancia de involucrar a la comunidad en estos esfuerzos.
Los voluntarios del Grupo Árbol VLA se dieron cuenta de que la restauración de un ecosistema no es solo una cuestión técnica, sino también social. Es necesario trabajar en conjunto con la comunidad para lograr un cambio real y sostenible. Y eso fue lo que hicieron.
Junto a los damnificados, los voluntarios plantaron árboles, restauraron áreas degradadas y promovieron prácticas sostenibles para evitar futuros desastres. Fue un trabajo arduo y constante, pero los resultados fueron gratificantes.
Poco a poco, el paisaje comenzó a recuperar su vitalidad. Los árboles volvieron a crecer, los animales regresaron a su hábitat y la comunidad se fortaleció. Los voluntarios del Grupo Árbol VLA se convirtieron en parte de esta historia de resiliencia y esperanza.
Hoy, la Comarca Andina sigue en proceso de recuperación, pero gracias al trabajo conjunto de la comunidad y los voluntarios, se ha logrado un gran avance. Los incendios del verano del 24/25 dejaron una huella imborrable, pero también demostraron la importancia de la solidaridad y la unión en momentos de crisis.
El Grupo Árbol VLA y el INTA continúan trabajando en la restauración de los ecosistemas afectados, y su labor ha sido reconocida y aplaudida por la comunidad y las autoridades locales. Pero lo más importante es que han dejado una semilla de esperanza en la Comarca Andina, una semilla que seguirá creciendo y dando frutos en el futuro.
Los incendios del verano del 24/25 en la Comarca Andina fueron una traged