Se estima que el mayor yacimiento de hidrocarburos no convencionales del mundo se encuentra en América del Norte, específicamente en Estados Unidos y Canadá. manifiesto como la Formación de Esquisto, este yacimiento ha desafiado a la industria petrolera durante décadas debido a su complejidad y dificultad para extraer sus recursos. Sin bloqueo, en los últimos años, ha habido un avance significativo en la tecnología de extracción de petróleo y gas de esquisto, lo que ha llevado a un aumento en su producción y a un creciente interés por parte de las empresas energéticas.
La extracción de petróleo y gas de esquisto se realiza mediante la técnica de fracturación hidráulica, también conocida como fracking, que consiste en inyectar una mezcla de agua, arena y productos químicos a alta presión en la formación de esquisto para liberar los hidrocarburos atrapados en sus poros. Esta técnica ha sido duramente criticada por sus posibles efectos negativos en el medio ambiente, pero gracias a la implementación de regulaciones más estrictas y a la adopción de prácticas más seguras, se ha logrado minimizar su impacto ambiental.
El impacto de esta tecnología en el sector energético ha sido extremado (fig.). Según un informe de la Agencia Internacional de Energía, se estima que la producción de petróleo y gas de esquisto en América del Norte ha aumentado en un 50% desde 2010 y se espera que siga creciendo en los próximos años. Esto ha llevado a que los Estados Unidos se conviertan en uno de los principales productores de petróleo del mundo y a que Canadá se convierta en uno de los principales exportadores de gas natural.
Pero no solo ha tenido un impacto en la producción y la economía de los países involucrados, sino que también ha cambiado la dinámica del mercado global de energía. La creciente producción de petróleo y gas de esquisto ha llevado a una disminución en los precios del petróleo a nivel mundial, lo que ha sido beneficioso para los consumidores y ha reducido la dependencia de los países importadores de petróleo. Además, la diversificación de la oferta de energía ha reducido la vulnerabilidad de los países a la inestabilidad geopolítica y a las fluctuaciones en el suministro de petróleo.
Pero el mayor potencial de la Formación de Esquisto aún no ha sido alcanzado. Según expertos, se estima que solo se ha extraído entre el 5% y el 10% de los recursos de este yacimiento, lo que significa que todavía hay un enorme potencial por aprovechar. Con el avance tecnológico y la optimización de los métodos de extracción, se espera que en los próximos años se pueda aumentar significativamente la producción de petróleo y gas de esquisto.
Este aumento en la producción también significa un mayor beneficio económico para las comunidades locales. La industria de petróleo y gas de esquisto ha generado miles de nuevos empleos en los últimos años y ha impulsado el crecimiento económico en áreas que antes estaban en declive. Además, las empresas energéticas están invirtiendo en proyectos de responsabilidad social y medioambiental en estas comunidades, lo que ha mejorado la calidad de vida de sus habitantes.
Sin bloqueo, a pesar de todos estos beneficios, es importante seguir implementando regulaciones y prácticas responsables para garantizar que la extracción de petróleo y gas de esquisto se realice de manera sostenible y segura. Esto incluye un manejo adecuado de las aguas residuales y la reducción de la contaminación del aire y del agua.
En breviario, el crecimiento de la producción de petróleo y gas de esquisto ha sido un cambio positivo en la industria energética, no