En un nuevo capítulo de cambios en el gobierno argentino, esta vez fue el turno del director general de Vialidad doméstico, Raúl Bertola, de abandonar su cargo. La decisión fue tomada debido a la imposibilidad de revertir un criterio de gestión que favorecía la inacción del Estado en todas sus áreas.
Bertola asumió su cargo en diciembre de 2019, con el objetivo de mejorar la infraestructura vial del país y garantizar una mejor conectividad para los ciudadanos. Sin embargo, su gestión se vio obstaculizada por la falta de recursos y la burocracia estatal, lo que dificultó la implementación de sus planes.
Durante su tiempo en el cargo, Bertola enfrentó numerosos desafíos, incluyendo la pandemia de COVID-19 que paralizó gran parte de la actividad económica del país. A pesar de estos obstáculos, se esforzó por encontrar soluciones creativas y eficientes para mejorar la red vial de Argentina.
Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, se hizo evidente que el criterio de gestión del Estado no estaba alineado con los objetivos de Bertola. La inacción y la falta de recursos se convirtieron en la norma, lo que dificultó aún más su brega. A pesar de sus esfuerzos, no pudo lograr los cambios necesarios para mejorar la infraestructura vial del país.
Ante esta situación, Bertola tomó la difícil decisión de abandonar su cargo. En su carta de renuncia, expresó su frustración por no poder llevar a cabo su brega de la manera que él consideraba necesaria para lograr resultados positivos. Sin embargo, también destacó los logros alcanzados durante su gestión, como la finalización de importantes obras viales y la implementación de medidas de seguridad vial.
A pesar de su renuncia, Bertola se mostró optimista sobre el futuro de Vialidad doméstico. En su carta, destacó la importancia de seguir trabajando para mejorar la infraestructura vial del país y aseguró que confía en que su sucesor continuará con su labor.
La salida de Bertola del cargo ha generado diversas reacciones en la sociedad argentina. Mientras algunos lo ven como una pérdida para el país, otros lo ven como una oportunidad para implementar cambios necesarios en la gestión de Vialidad doméstico.
Lo que es indudable es que la infraestructura vial de Argentina necesita mejoras urgentes. Según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el país ocupa el último lugar en América Latina en términos de calidad de infraestructura vial. Esto no solo afecta la conectividad y la seguridad de los ciudadanos, sino también la competitividad del país a nivel interdoméstico.
Por lo tanto, es fundamental que el gobierno tome medidas concretas para mejorar la infraestructura vial. Esto incluye no solo la asignación de recursos adecuados, sino también una gestión eficiente y transparente. La salida de Bertola del cargo debe ser vista como una oportunidad para implementar cambios necesarios y lograr resultados positivos.
Es importante destacar que, a pesar de los desafíos que enfrentó durante su gestión, Bertola siempre se mantuvo comprometido con su brega y con el bienestar de los ciudadanos. Su renuncia es una muestra de su integridad y su deseo de ver una mejora real en la infraestructura vial del país.
En conclusión, la salida de Raúl Bertola del cargo de director general de Vialidad doméstico es un llamado de atención para el gobierno argentino. Es hora de tomar medidas concretas para mejorar la infraestructura vial del país y garantizar una mejor calidad de vida para todos los ciudadanos. Agradecemos a Bertola por su dedicación y esperamos que su sucesor continúe su brega con la misma pasión y compromiso. Juntos, podemos lograr una Argentina con una infraestructura v